jueves, 5 de junio de 2014

Monumento dulce de A Coruña

Los monasterios españoles tienen el privilegio de concebir los mejores dulces del mundo que cada año se reúnen en ExpoConvento, en este caso en su tercera visita a la ciudad herculina, en el local "La Princesita", de la calle Hospital, muy cerca de la Plaza de España. Esta cita, que se prolongará hasta el martes, normalmente se celebra en la iglesia de San Nicolás en A Coruña y solo pasa por otras cinco ciudades, que son Madrid, Bilbao, Sevilla, Málaga y Santiago de Compostela. Su director, Javier Mosquera López, explica a EFE que "siempre es un éxito, por la mañana hay muchísima gente y a última hora de la tarde también", pues aunque los visitantes están acostumbrados a ir a San Nicolás, el boca a boca los acaba llevando a este local cercano. El objetivo es que "sea una referencia" y que la gente haga allí sus compras navideñas, con la garantía de que "no hay nada artificial" y, además, la ventaja del ahorro, pues los productos "tienen el precio que establecen las monjas, hay cosas que aquí valen nueve euros y en grandes superficies suben hasta 13,75". Mosquera recuerda que "la venta artesanal de dulces es el único medio de subsistencia de la mayoría de los monasterios de clausura en España", por lo que espera que en este "acto de voluntariado al servicio de los monasterios" se consiga una cantidad igual o superior a los 27.000 euros del año pasado. Desde la dirección están muy satisfechos con la implicación de los diferentes conventos, pues cuentan con dulces de 45 y en los que Sevilla es la provincia que mejor está representada, dado que las clarisas de A Coruña, del Monasterio de Santa Bárbara, "habitualmente no hacen dulces", aunque se han implicado y los elaboran especialmente para esta iniciativa. Hay tres productos estrella que destacan sobre los demás y se agotan muy rápido, uno es el mejor bizcocho marroquí del mundo, con una receta secreta que elaboran en Écija (Sevilla), las religiosas del Monasterio de la Purísima Concepción. También en la capital hispalense, las monjas agustinas del Monasterio de San Leandro conciben el producto más caro de ExpoConvento, las yemas de San Leandro, con dos yemas de huevo por cada una y un recubrimiento de azúcar que las hacen exquisitas al paladar sin nada más que eso, salvo la buena mano de sus fabricantes. El Monasterio de Santa María de la Encarnación, en Coín (Málaga) tiene la suerte de haber ganado el Premio al Mejor Turrón Innovador 2013 con cuatro productos de nombres muy sugerentes, que son Transparencia de Santa Clara, Secreto de Fray Ángel, Sueño de Inocencio IV y Tentación de Fray Masseo, todos con un aspecto tan apetecible que resulta imposible elegir uno. Los visitantes tienen la suerte de poder probar el dulce más antiguo del mundo, que data, según la leyenda, de la etapa en la que el Cid Campeador estuvo desterrado, a finales del siglo XI, hace casi un milenio, las Lágrimas del Destierro. Son las monjas clarisas de Vivar del Cid (Burgos), localidad natal de Rodrigo Díaz de Vivar, quienes mantienen este tradicional postre, basado en la almendra, vivo desde entonces en su Monasterio de Nuestra Señora del Espino. Si esto parece mucho, todavía queda más, como los mantecados de Estepa y su receta original inalterada, los suspiros monja, los fray escobas o los pastelillos bienmesabe en un lugar que no solo se hace imprescindible ahora que se acerca la Navidad, sino que crea en el visitante la duda irresoluble de qué llevarse, pues todo es exquisito

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